De nuevo en Madrid, echo de menos aquellas montañas.
Ha sido una experiencia genial y la hemos llevado mejor de lo que esperábamos por ser la primera vez que hacíamos un largo recorrido (aunque sólo ha sido un cachito, pero han sido varios días caminando)
Día 1: Madrid – Lleida – Andorra la Vella – Encamp
El primer día (25/6/12) cogimos el Ave a Lleida y al llegar comienza la aventura, resulta que los horarios de autobús que salen en internet y que van hasta Andorra están mal -¿y ahora qué?- nos tocaba esperar hasta las 13h que salía el siguiente, pero vimos a una chica mochilera también que estaba igual que nosotras, de echo peor, porque ella tenía que ir hasta un refugio, nosotras al fin y al cabo íbamos a un hotel hasta el día siguiente que ya salíamos a caminar. ¡A la chica incluso le habían dejado sacar el billete por internet! tuvimos suerte porque los de Alsa de Lleida se portaron muy bien y al final nosotras sacamos billete en la taquilla y nos pusieron un taxi hasta Andorra a las tres.
Para quien le interese se ve que la línea que mejor funciona para ir a Andorra es http://www.andorrabus.com (Grup Montmantell) los autobuses son dorados y pasan también por la estación de tren de Lleida.
En Andorra cogimos un urbano hasta el Hotel Mila en Encamp (comida muy rica, habitación normal y la nuestra con vistas a lo que nos esperaba la mañana siguiente)

Por la tarde para dar una minivuelta fuimos a buscar un caché (www.geocaching.com) y lo encontramos, además nos sirvió para encontrar algún atajo para por la mañana no dar tanta vuelta.
Día 2: Encamp – Arans
Empezamos a caminar sobre las 8-8:30 y ya daba un poquito de sol en la montaña, la subida hacia Coll d’Ordino era bonita.

Hubo un trozo de bosque con muchísimas hormigas, que luego en un prado pensamos que podían ser termitas porque había muchísimas hormigas con alas…no se… pero estaba plagado. A parte de las hormigas, las vistas eran preciosas y desde ese prado ya veíamos Coll d’Ordino más cerca.
Pasamos el coll y la bajada fue bonita también, paramos en una fuente a reponer un poco de fuerzas y seguimos para adelante. Un par de horas antes de llegar a La Cortinada empezamos a pasarlo un poco mal ya por el calor, el cansancio y el hambre ¡que no nos llevamos prácticamente nada para comer! de ese día aprendimos para los siguientes, pero por falta de experiencia no éramos conscientes de lo largo que iba a ser el recorrido. Medio mareás (yo más) llegamos a La Cortinada y los hoteles que había estaban cerrados ¡válgame! al final pasamos a un bar y comimos, la mujer muy maja nos ayudó a encontrar hotel, así que anduvimos un poco más hasta Arans y nos quedamos en el Hotel Arans (apartamentos), para cenar y desayunar volvimos al barecillo de la mujer maja, que además abría a las 7am y eso nos vino muy bien.

Día 3: Arans – Arinsal (y día 4 de descanso)
Esta subida me gustó (los caminos/pistas me aburren un poco). Al poco de empezar tuvimos que cruzar un riachuelo así que comenzamos con nuestras paradas habituales, como yo llevaba zapatillas sin goretex y no me apetecía mojarme porque aún quedaba mucho camino, me puse las chanclas y crucé, de nuevo zapatillas ¡y a seguir!. Después continúamos por lo que era un “río intermitente” como lo llamaba el gps, es decir, a veces bajará agua pero cuando nosotras pasamos estaba bastante seco, de todas formas se notaba que íbamos por el curso de un riachuelo y eso lo hacía duro. La bajada fue sencilla y bonita.

Llegamos a Arinsal y fuimos directas a un hotel que nos había reservado la recepcionista del hotel de Encamp porque conocía a otra chica que trabajaba en este de Arinsal, así que allá fuimos, al Princesa Park, que sólo con el nombre estábamos asustadas y con razón, la media de edad…bueno, no tenía nada que ver con nosotras, pero lo importante es que por 50€ teníamos una pedazo de habitación, 2horas gratis del espacio wellness (que nos vino genial) y lo mejor ¡una partida de bolos! Nos quedamos dos noches como teníamos planeado. Intentamos ir a buscar más cachés, pero había que subir y preferíamos descansar así que abortamos misión. Esos días aprovechamos para comprar algo de comida en el supermercado.
Día 5: Arinsal – Refugio de Comapedrosa
De nuevo a caminar, a mí me costaba más, yo creo que lo de descansar un día por una parte no me vino muy bien pero imagino que el cuerpo lo agradeció. Subimos un poco por carretera, pasamos un túnel y ya vimos la indicación hacia Comapedrosa a la derecha, un buen rato por pista, cruzamos un par de cascadas y empieza la parte final para llegar al refugio, eso sí una de las zonas más bonitas por las que hemos pasado, el camino iba al lado de un riachuelo y era todo como jardines naturales ¡precioso!.

Llegamos al refugio y al poco llega un chaval que haciendo trail se había torcido el tobillo y llamó al helicóptero (que facilidad), así que vimos un minirescate. El resto del día lo pasamos por los alrededores, subimos al montecillo que hay al lado y vimos una marmota, paseamos por el Lago de las Truchas y sus maravillosos jardines. También estuvimos hablando bastante con el guarda del refugio, muy majete, y por la tarde llegó la guarda, también muy maja, lo único que se queman con la gente que no respeta la naturaleza o van a hacer trail, etc, porque ellos sienten mucho la montaña, nosotras les comprendemos, pero imagino que mucha gente va como si fuese a cualquier otro lugar turístico sin respeto.
El guarda nos contó que esos días (o semanas) eran los más bonitos en esa zona porque los rododendros estaban en flor y la verdad es que parecían imágenes de un libro de fantasía. También nos contó que la planta de la foto se usa si te pica algún bicho, cortas una hojita la frotas sobre la picadura y calma el dolor. La flor le sale cada 7 años.

Por la noche éramos 4 en el refugio y justo a punto de cerrar llegó otra pareja, les sacaron la cena y todos a dormir, pero por suerte como éramos tan poquitos cada pareja durmió en una habitación. El refugio está genial, además ese día lo estaban dejando a punto, y cuando se fueron los de mantenimiento, otra vez otro helicóptero un par de veces.
Día 6: Refugio Comapedrosa – Refugio Vallferrera
Vimos un amanecer muy bonito, terminamos de recoger y de nuevo en marcha. Para coger el GR no hace falta bajar del refugio al camino del día anterior, la ruta se coge enfrente del refugio.

Cuando ya estábamos un poco arriba, en la montaña de enfrente vimos un rebeco y buitres que aparecía de vez en cuando.
Ahora viene nuestro trozo de GR estrella, cuando comenzamos a hacer un poco el gamba. Llegamos al primer lago y el GR iba atravesando la nieve (no sabíamos que luego habría más) entonces como no íbamos bien preparadas de calzado para la nieve (de todo se aprende) dijimos -¿y por qué no vamos por este lado (izq) atravesando por las piedras?- y así hicimos y bueno, de repente empezaron a aparecer como setas más personas que veíamos que pasaban la nieve tan facilmente y nosotras por el pedregal casi atascadas, pero fue divertido pensándolo ahora.

Por fin pasamos ese lagito y llegamos al Estany Negre, que ahí sí que fuimos ya por el lado de la nieve, no quedaba otra (bueno si, haber subido más alto). Pasamos bien la nieve gracias a los bastones ¡benditos bastones! porque imponía bastante ver el lago con bloques de nieve aún flotando y saber que si te escurrías ibas derecho al agua. Eso sí, los colores eran preciosos. Más arriba a la derecha teníamos el Pic d’Comapedrosa, al que no subimos porque no estaba dentro de nuestros planes y habríamos tardado más, nos era sufiente estar dónde estábamos y con las vistas que teníamos, además al llegar al Port de Baiau las vistas eran tremendas también, pero había ráfagas de viento bastante fuertes.

Nos toca bajar el Port de Baiu -ohh ohhh miedito-. Antes de asomarte para ver la bajada parece que es una vertical, y lo es, pero no tanto. El camino es de piedra suelta que escurre un montón y con el peso de la mochila y las ráfagas de viento hubo momentos que imponían porque nos teníamos que agachar y pegarnos al suelo para no caernos. Tardamos bastante en bajar, pero íbamos con precaución, que en algunos casos no está de más.

Después pasamos por el lago y llegamos al Refugio de Baiau, nos metimos dentro un rato y lo agradecimos bastante por que así descansamos del viento. Luego llegaron 3 andorranos que se iban a quedar a pasar la noche. Nosotras continuamos nuestro camino entre prados y vacas.
Tuvimos un contratiempo, nos encontramos con un río y no veíamos ningún puente, no sabemos cómo pasó pero se supone que nos desviamos de la ruta aunque habíamos seguido las señales del GR, del gps y de los montocitos de piedras…de nuevo chanclas y al agua ¡los pies lo agradecieron!
Finalmente llegamos al Refugio de Vallferrera, eramos unos 30, la mayoría estaban haciendo La Port del Cel. El fallo del refugio: sólo tiene una ducha y la capacidad al completo creo que era de 60p, no sé cómo se las apañan. La ducha vale 2€, pagas, te dan una ficha y tienes agua caliente entre 3-5 minutos. Por el resto muy bien, la cena muy rica y abundante.
Día 7: Refugio Vallferrera – Áreu
Nuestro grupo de habitación se levantó a las 5 y algo, terminaban ese día el último trozo de La Port del Cel. Nosotras a las 7. Cuando miramos por la ventana vimos bastante niebla y tenía pinta de llover (estábamos tan fuera de todo que no recordábamos que era domingo, que sabíamos que iba a llover, si no nos hubiéramos levantado antes).
Desayunamos y a andar. Era un trayecto corto hasta Áreu, fuimos un trozo por pista y luego por un camino pequeño que atrochaba (y que es el GR) pero estaba lleno de agua, así que a saltar de piedra en piedra un buen rato y a buscar caminos alternativos.
Media hora antes de llegar a Áreu empezó a llover y nos calamos un poco pero tampoco mucho, todo se secó bastante rápido después. Nos quedamos en el Hotel Vallferrera, y desde la habitación había unas vistas geniales a la iglesia y las montañas.

Paseamos por Áreu y fuimos a buscar otro caché ¡este sí lo encontramos! 🙂 El pueblo es pequeño y muy bonito. En el hotel estuvimos hablando con un señor de 98 años y medio que nos dijo “si es que…¡yo no sé porqué os gusta tanto la montaña!. Los días siguientes nos acordamos muchas veces de esa frase.
Día 8: Áreu – Tavascan (y día 9, dos noches en Tavascan)
Los primeros trozos de este tramo son curiosos porque según el mapa y el gps el GR va por pista pero hay caminos señalados como GR que atajan.
Pasamos por zonas muy bonitas y llegamos hasta el Coll de Tudela que tiene unas vistas maravillosas, se alcanza a ver la Pica d’estats. Cuando empezamos a bajar casi nos equivocamos de camino porque hay una señal arriba pero si no estás muy ojo avizor es fácil pasarse la señal del GR que hay a la izquierda por que está en un palo medio tapado por un pino, otra vez ayudó el gps a recuperar el camino y a continuar.


Al cabo de alguna hora, llegamos a la pista que lleva hasta Boldís Sobira (un pueblín) y está fatal, tiene muchísimos árboles atravesados en el camino y con las raices fuera, en Tavascan preguntamos el porqué y nos dijeron que sería por las nevadas que hubo en primavera, muy grandes y con mucho viento del norte.

Por fin llegamos a Boldís, que tiene una fuente muy apañá. Al salir del pueblo para continuar el GR a penas se diferencia el camino, sólo te cabe un pie y está lleno de hierbas altas, así continuó bastante rato y se me hizo interminable llegar a Tavascan. Nos habían dicho que la bajada era difícil pero nosotras nos la esperábamos peor así que por esa parte bien.
¡Por fin en Tavascan! Nos quedamos a dormir en el Hotel Llacs de Cardós (muy buena atención y comida), pasaremos dos noche ahí.

Paseamos por el pueblo y fuímos al punto de información, la chica era muy agradable y estuvimos charlando un rato. Como no queríamos hacer rutas por la zona para descansar lo único que había que hacer allí era visitar la central hidroeléctrica y estuvo genial, es impresionante la infraestructura que hay bajo esas montañas, tienen una tubería de 2metros de diámetro y 5cm de grosor que va desde el lago más grande de los pirineos, el Certascan, hasta la central de Tavascan, y a parte hay más tuberías que van a otros pueblos, es tremendo.
Nuestro plan era terminar nuestro GR en Estaón, una etapa más, pero daban tormentas fuertes para ese día así que para no arriesgar y aunque nos costó mucho, al final el dueño del hotel nos acercó por la mañana hasta Llavorsí. Así que podemos decir que en Tavascan termino nuestra aventura GR (de esta vez jeje)
Día 10: Tavascan – Llavorsí – Sort (y día 11 en Sort)
Como iba contando, el hombrecillo nos dejó en LLavorsí, donde llegan constantemente autobuses con chavales para hacer raftin por el Nogera Pallaresa (el río de toda esta zona). En este pueblecito no teníamos mucho que hacer y menos con la que supuestamente se avecinaba. En cuanto pudimos pillamos el bus para Sort y allí nos quedamos otras dos noches en el Hotel Les Brases.
Yo no soy muy amiga de las actividades de agua, así que buscamos algo más de tierra y fuimos a Hípica Sort, allí estaba Víctor con sus caballos, a mí me tocó Putxo, un caballo blanco muy tranquilo. Los estuvimos cepillando un rato y luego salimos a dar un paseo por la montaña. Cuando regresamos a la hípica les dimos pan y “ayudamos” a llevarlos a otro trozo de parcela para dejarlos allí comiendo, o cenando mejor dicho.

Como encajamos bien con Victor, nos bajó al pueblo y nos tomamos una caña con él y estuvimos charlando de cosas de la vida y de cosas de Sort porque tiene la Prisión-Museo “Camino de la Libertad”, que fuimos a ver al día siguiente (cuesta 1€) y explica que en ese lugar donde está la expo fue una carcel dónde iban los exiliados, como explican en la web:
“Durante los años de la Segunda Guerra mundial (1939-1944) miles de personas cruzaron los Pirineos en dirección a España huyendo de la barbarie nazi o para incorporarse al ejército aliado en el norte de África o Inglaterra. Los pasos de montaña se convirtieron en el testimonio silencioso de su odisea para conseguir su libertad.” www.camidelallibertat.cat
Día 12: Sort – La Pobla de Segur
Llegamos al pueblo que dice ser “La puerta a los Pirineos”. Ya se nota que es un pueblo más grande, nos quedamos en la Fonda Can Fasersia, parece un antiguo hostal reformado pero con el mismo aspecto, está bien y lo lleva gente joven, lo único mortal son las campanas de la iglesia que tocan cuando les da la gana en general toca en los cuartos y a en punto, por el día bueno, pero por la noche bff.

Llegamos al punto de información casi a punto de cerrar a las 14h y pillamos más mapas. Pensamos en ir a la ermita que hay a 2km pero hacía demasiado calor a esas horas. El pueblo tiene construcciones muy bonitas y tienen la Diada dels Raiers, que son los que iban en barcas de troncos transportando la madera a lo largo del río.
Día 13: La Pobla de Segur – Lleida – Madrid
En La Pobla de Segur cogemos el tren que va hasta Lleida (no el trendellacs, sino un renfe regional normal) y fue una sorpresa porque se pasa por unos desfiladeros impresionantes, no nos lo esperábamos y disfrutamos un montón de esas vistas, era impresionante.

En Lleida teníamos 6 horas de espera para coger el Ave a Madrid y encima las consignas de la estación estaban cerradas y no había ninguna otra opción. Así que con todo el calor de las tres de la tarde nos fuimos a la zona del casco antiguo y pateamos un rato, esperamos por ahí sentadas hasta las 17h a que habriesen un par de museos y estuvo muy interesante también porque era de pintores de Lleida que hacía 100 años que habían expuesto en ese lugar.
Muertas de calor nos volvimos a la estación y allí esperamos más fresquitas hasta que cogimos el Ave y como despedida de todo este viaje tuvimos una puesta de sol preciosa.
Ha sido una bonita montaña de miel.